Una revisión del control biológico: especialmente de los depredadores y parasitoides

El rendimiento de los cultivos en el mundo se ve reducido por el impacto de una serie de plagas como las malas hierbas, los insectos, los patógenos de las plantas y los nematodos. El control de estas plagas se ha logrado mediante controles químicos, culturales y bio-racionales, pero el control biológico tiene ventajas únicas sobre las otras tácticas. El control biológico consiste en la regulación de las poblaciones de plagas mediante enemigos naturales. En el caso de las plagas de insectos y las malas hierbas, los parasitoides, los insectos depredadores y los microorganismos son los principales agentes de control. Además, el control biológico (incluyendo el control natural, la importación, el aumento y el control de conservación) ofrece varias ventajas sobre el control mediante insecticidas: (1) el agente de control está listo (no tiene que desarrollarse ni pasar por un extenso proceso de registro), es barato de producir y aplicar, y es persistente (muchos insecticidas microbianos son excepciones a esta generalización); (2) no pone en peligro a los seres humanos ni a la vida silvestre a través de la contaminación del medio ambiente; y (3) el método no estimula el contraataque genético rápido de las plagas (aunque se conocen ejemplos de desarrollo de resistencia a los insecticidas microbianos).